Lo he perdido: Mi anillo de compromiso. Lo único que se suponía que no debía perder. Ha estado en la familia de Magnus desde hacía tres generaciones. Y ahora, el mismo día en que vienen sus padres, lo he perdido. ¡El mismo día! No hiperventiles, Poppy. ¡¡¡Sé positiva!!!
Poppy Wyatt nunca se había sentido más afortunada. Está a punto de casarse con su hombre ideal, Magnus Tavish, pero en una sola tarde, su cuento de hadas comienza a desmoronarse. No solo ha perdido el anillo de compromiso durante un simulacro de incendio de un hotel, sino que en medio del pánico posterior, le robaron el móvil. Mientras deambula por el vestíbulo con las piernas temblorosas, divisa un teléfono abandonado en una papelera. ¡Quien lo encuentra se lo queda! Ahora podría dejar un número para que el hotel contactase con ella cuando encontrara su anillo. ¡Perfecto!
Bueno, sería perfecto de no ser porque el dueño del teléfono, el ejecutivo Sam Roxton, no está de acuerdo. Quiere recuperar su teléfono y no le hacer gracia que Poppy lea sus mensajes e invada su vida privada.
Lo que sigue es un hilarante e impredecible giro de los acontecimientos mientras Poppy y Sam ven como cada uno pone en entredicho la vida del otro a través de emails y mensajes de texto. Mientras Poppy hace malabarismos con los preparativos de la boca, unas misteriosas llamadas de teléfono y oculta su mano izquierda a Magnus y a los padres de este… no tarda en darse cuenta de que está a punto de llevarse la mayor sorpresa de su vida.
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